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Discordancia entre niveles de C-LDL y número de partículas LDL

Las lipoproteínas son mucho más que simples vehículos de colesterol en nuestro cuerpo. Aunque tradicionalmente el análisis de lípidos se ha centrado en medir niveles de colesterol total, HDL y LDL, la ciencia ha avanzado, y ahora sabemos que las lipoproteínas juegan un papel mucho más complejo en nuestra salud cardiovascular.

No solo transportan colesterol, sino que también varían en tamaño, densidad y composición, lo que influye directamente en su capacidad para contribuir o prevenir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Comprender estas diferencias es clave para un enfoque más preciso en la prevención y manejo del riesgo cardiovascular, y va más allá del clásico perfil lipídico que hemos conocido hasta ahora.

Discordancia entre C-LDL y LDL.jpg
Relación entre el tamaño y la densidad de las clases de lipoproteínas plasmáticas.[1]

El colesterol LDL (C-LDL) es la concentración o cantidad de colesterol que transportan las lipoproteínas de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés). Las partículas LDL son las partículas transportadoras del colesterol LDL y dentro de las partículas LDL hay diferencias tanto en el tamaño como en la densidad de estas partículas.

Por lo tanto, las partículas LDL son altamente heterogéneas en cuanto a tamaño y contenido lipídico. Debido a esta variabilidad en el contenido de colesterol de las partículas LDL, la concentración de c-LDL no refleja fielmente la cantidad de partículas existentes (p-LDL), especialmente en las situaciones siguientes:

    • Antecedentes familiares de riesgo cardiovascular aterosclerótico 
    • Triglicéridos elevados
    • Bajos niveles de c-HDL
    • Síndrome metabólico
    • Diabetes mellitus 
    • Eventos recurrentes por riesgo cardiovascular aterosclerótico a pesar de intervención en los cambios en el estilo de vida y/o administración de terapia hipolipemiante 
Particles-comparison.jpg
Patrones de distribución de partículas LDL para una misma concentración de c-LDL, figura adaptada de Mora et al. [2]

Así, una cantidad elevada de p-LDL puede asociarse a unas concentraciones de c-LDL normales, lo que significaría que existe un exceso de partículas de pequeño tamaño, cuyo contenido en colesterol es bajo, pero cuyo potencial aterogénico es elevado. Al contrario, una concentración elevada de c-LDL puede coexistir con una cantidad normal de partículas, lo que significaría que estas son predominantemente ricas en colesterol y de mayor tamaño, con menor aterogenicidad relativa. 

Esta heterogeneidad ha originado la definición de dos fenotipos o patrones asociados a mayor o menor riesgo de ECV, según cómo sea la relación de los niveles de c-LDL y de p-LDL:

    • c-LDL > p-LDL o aquellos individuos que presentan partículas LDL especialmente grandes y más ricas en colesterol (Patrón A).
    • c-LDL < p-LDL o aquellos individuos que presentan partículas LDL especialmente pequeñas y más pobres en colesterol (Patrón B).

Las dos situaciones anteriores se ilustran en la siguiente figura, adaptada del trabajo de Mora et al. publicado en Circulation [3], en la que se observa cómo dos individuos con una concentración de c-LDL similar, pueden tener mayor o menor concentración de partículas según el tamaño de éstas.

Caso Clínico 3 - Diferencias en el perfil lipídico

En el siguiente video os presentamos dos casos de personas con valores de lípidos tradicionales similares y perfiles lipoproteicos diferentes.

¿Quieres saber más?

Diversos estudios han demostrado que las p-LDL muestran mejor asociación con el riesgo de progresión de aterosclerosis y de episodios de enfermedad cardiovascular ateromatosa que el c-LDL y, precisamente, en pacientes que presentan discordancia, el número de partículas es mejor indicador del riesgo cardiovascular [2,4]

¿Quieres disponer del perfilado avanzado de lipoproteínas en tus estudios de investigación y/o en tu consulta?

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  1. E. M. van Leeuwen et al., “A new perspective on lipid research in age-related macular degeneration,” Prog Retin Eye Res, vol. 67, pp. 56–86, Nov. 2018, doi: 10.1016/j.preteyeres.2018.04.006.
  2. Otvos, J. D. et al. Clinical Implications of Discordance Between LDL Cholesterol and LDL Particle Number. Clin. Lipidol. 5, 105–113 (2011).
  3. Mora, S. (2009). Advanced lipoprotein testing and subfractionation are not (yet) ready for routine clinical use. Circulation119(17), 2396-2404.
  4. Tehrani, D. M., Zhao, Y., Blaha, M. J., Mora, S., Mackey, R. H., Michos, E. D., … & Wong, N. D. (2016). Discordance of low-density lipoprotein and high-density lipoprotein cholesterol particle versus cholesterol concentration for the prediction of cardiovascular disease in patients with metabolic syndrome and diabetes mellitus (from the Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis [MESA]). The American journal of cardiology117(12), 1921-1927.